Dicen que disfrutamos de un parlamentarismo bicameral , pero en realidad tenemos un parlamentarismo que funciona , de facto , con una sola Cámara : la bicameralidad es lo virtual y la monocamaralidad es lo real .
Sobre el papel tenemos dos cámaras ( Congreso y Senado ) - cuya elección y funcionamiento nos cuesta un dineral - : ¿doble representación ciudadana ?.
La realidad es que el Senado tiene una irrisoria relevancia : ni pincha ni corta y lo han convertido en un " cementerio de elefantes "
De hecho , políticamente hablando , nuestro parlamentarismo es , de facto , monocameral : solo es el Congreso quien pincha y corta en todo el proceso legislativo y en el , hipotético , control al Gobierno y su Administración .
El bicameralismo del que " disfrutamos " es heredero del existente en el siglo XIX : una " Cámara Baja " y elegida mediante elecciones censatarias y una " Cámara Alta " , oligárquica , copada por la aristocrácia de título y dinero .
El bicameralismo que subsiste hoy en el mundo lo es por un carácter federal . En España no , hoy ni nunca , puesto que no se quiso / no se quiere darle al Senado carácter de representación territorial : aunque la Constitución defina a esa Cámara como e Representación Territorial , en la realidad no es así ya que es una Institución inútil , con una composición abracadabrante , que queda muy lejos de ser la representación de los territorios
Si el Senado fuera una auténtica Cámara de Representación Territorial y no de partidos políticos. ( o lo que es lo mismo : Senadores elegidos por las , respectivas , Cámaras de las CC.AA. con mandato imperativo ), los Senadores serían representantes de su , respectivo , territorio y no del partido político que los designó .
"Lo que hay " es que los Senadores están a lo que mande el partido político al que " pertenecen " y sujetos a disciplina de partido (¿ mandato imperativo ? )
El sistema bicameral español no funciona como sistema de equilibrio de poder puesto que el Congreso domina esa , supuesta , bicameralidad ; un Congreso que está dominado , política y efectívamente , por el Ejecutivo : un presidencialismo de facto .
Continuará ....
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